sábado, 10 de marzo de 2007

ROMPER UN PLATO

Una de las virtudes-defecto que mayor miedo me produce es el perfeccionismo. Es una virtud por que evidentemente, lo es el tender a hacer todas las cosas perfectas. Y es un defecto por que no suele contar con la realidad: Que lo perfecto no existe en este mundo, que los fracasos son parte de toda vida, que todo el que se mueve se equivoca alguna vez.

He conocido en mi vida muchos perfeccionistas. Son, desde luego gente estupenda, creen en el trabajo bien hecho, se entregan apasionadamente a hacer magnificamente la mayor parte de las tareas que emprenden.

Pero también son gente un poco neurótica. Viven tensos, se vuelven gradualmente exigentes con gentes que no son como ellos. Y sufren espectacularmente cuando llega la realidad con la rebaja y vea que muchas de sus obras - a pesar de todo su interés-se quedan a la mitad del camino.

Por eso me parece que una de las primeras cosas que deberían de enseñarnos de niños es en equivocarnos. El error, el fallo, es parte inevitable de la condición humana. Hagamos lo que hagamos, habrá siempre un coeficiente de error en nuestras obras. No se puede ser sublime atodas horas. El genio más genial pone un borrón y hasta un buen reparo dormita de vez en cuando.

Así es como, según decía Maxyel Brand, "Todo niño debería crecer con la convicción de que no es una tragedia ni una catastrofe cometer un error". Por eso en las personas siempre me ha interesado más el saber cómo se reponen de los fallos que el número de fallos que cometen. Ya que el arte más dificíl no es la de no caerse nunca y seguir el camino emprendido.

Temo por eso, la educación. Los niños educados para arcángeles se pegan luego topetazos que les dejan hundidos para largo tiempo. Y un no pequeño porcentaje de amargados de este mundo surge del clan de los educados para la perfección.

Los pedagogos dice, por eso, que es preferible permitir a un niño que rompa alguna vez un plato, y enseñarle luego a recoger los pedazos, por que "Es mejor un plato roto que un niño Roto"

Es cierto. No existen hombres que nunca hayan roto un plato. No ha nacido el genio que nunca fracase en algo. Lo que si existe es gente que sabe sacar fuerzas de sus errores y otra gente que de sus errores sólo saca amargura y pesímismo. Y seria estupendo educar a los jovenes en la idea de que no hay una vida sin problemas, pero lo que hay en todo hombre es capacidad para superarlo. No vale, realmente, la pena llorar por un plato roto, se compra otro y ya está. Lo grave es cuando por un afán de perfección imposible, se rompe un corazón. Por que de esto no hay repuesto en los mercados.


REFLEXIÓN:

No importa algo material, eso se repone, pero sila educación de un niño no es la adecuada, este se quedara así toda la vida (Por que no se venden aún refacciones en el mundo para componer a un niño, con una mala educación escolar)


















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